Himno de los Conquistadores
Soy Conquistador fuerte y fiel,
un siervo de Dios yo soy.
Fieles marcharemos si,
por la senda del deber.
Mensaje tenemos que dar,
Verdad que libertará.
Muy pronto el Señor Jesús
vendrá por tí, por mí.
Ley
La Ley del Conquistador me ordena:
-Observar la devoción matutina
-Cumplir fielmente con la parte que me toca
-Cuidar mi cuerpo
-Tener una mirada franca
-Ser cortés y obediente
-Andar con reverencia en la casa de Dios
-Conservar una canción en el corazón
-Ir donde Dios me mande.
Voto
"Por la gracia de Dios,
seré puro, bondadoso y leal. Guardaré la Ley del Conquistador,
seré siervo de Dios y amigo de la humanidad."
Lema
"El Amor de Cristo nos constriñe"
Blanco
"El mensaje del Advenimiento a todo el mundo en esta generación"
Los ideales de los Jóvenes Adventistas están expresados en el Blanco, el Lema, el Voto JA, en el Objetivo y Propósitos del departamento de Jóvenes de la Iglesia
Objetivo
"Salvar del pecado y guiar en el servicio".
Al mantener a los jóvenes activos y prepararlos para un servicio más eficiente; los estamos protegiendo del mal. Es necesario confiarles alguna misión tan pronto como estén preparados.
Propósitos
"Los jóvenes por los jóvenes"
"Los jóvenes por la Iglesia"
"Los jóvenes por sus semejantes"
Este triple propósito que Dios ha delineado para sus jóvenes es, en realidad, la segunda parte del objetivo de los JA, llevando a la práctica: "Guiar en el servicio".
El Blanco
"El mensaje del advenimiento a todo el mundo en mi generación"
"El mensaje" es aquello que los jóvenes llevarán.
"A todo el mundo" es donde los jóvenes lo llevarán.
"En mi generación" significa cuándo lo llevarán.
El lema
"El amor de Cristo nos constriñe"
El lema basado en 2º Corintios 5:14, es la fuerza motivadora del movimiento JA
El Voto
"Por amor al Señor Jesús, prometo tomar parte activa en el Ministerio Joven de la Iglesia, haciendo todo lo que pueda para ayudar a otros, y para terminar la obra del Evangelio en todo el mundo"
Los JA pueden ayudar a terminar la tarea en cuatro formas diferentes: Viviendo una vida consagrada, estando siempre dispuestos a servir, orando por la obra del Señor, tanto a nivel local como a nivel mundial, y dando con sacrificio de sus propios medios para esparcir el evangelio y terminar la obra del Señor.